Ella es una de las componentes del Consejo Internacional de las 13
abuelas indígenas,
sabias en sus tribus, que creen que su cosmovisión puede ser
útil en este mundo de hoy. Así lo explican en La voz de las trece abuelas
El pasado no es una carga, sino que es un andamio que nos trajo hasta el día de hoy. Somos libres para crear nuestra propia vida fuera de nuestro pasado y del presente. Estamos en nuestros antepasados. Cuando podemos curar a nosotros mismos, también sanan nuestros antepasados, nuestras abuelas, nuestros abuelos y nuestros hijos. Cuando nos curamos a nosotros mismos, sana la Madre Tierra.
El pasado no es una carga, sino que es un andamio que nos trajo hasta el día de hoy. Somos libres para crear nuestra propia vida fuera de nuestro pasado y del presente. Estamos en nuestros antepasados. Cuando podemos curar a nosotros mismos, también sanan nuestros antepasados, nuestras abuelas, nuestros abuelos y nuestros hijos. Cuando nos curamos a nosotros mismos, sana la Madre Tierra.
Yup'ik madre,
abuela, bisabuela, esposa, tía, hermana, amigo, ancianos tribales. Nacida en un
barco de pesca , se crió en Tununak, Alaska, Rita asistió a una escuela
Montessori en Seattle durante cuatro años. Ella ha trabajado en muchos
hospitales como ayudante de médico en Bethel y Nome.
Ella ha viajado y enseña cestería, canto, baile en todo el mundo,
gana dinero para los colegios nativos de América.
Rita ha
participado en numerosas conferencias donde la curación de su enseñanza de los
"Talking Circle" se registraron y se publicará. Rita es actualmente
empleada de la Fundación South Central tribales como médico con la
utilización de la energía y la medicina.
"Nací en
un barco de pesca, en una isla de 6 km2,en Alaska, soy yupik. Viuda, me queda
una hija y 6 nietos. Fui la primera persona en Alaska que obtuvo el título de
médico de Medicina Tradicional y como tal trabajo en la Fundación South
Central."
Su
bisabuela conocía el camino que usted iba a recorrer...
Yo me crié con
las abuelas sabias, caminé con ellas y aprendí de ellas sin hacer preguntas.
¿Por
qué sin preguntas?
La mejor
manera de enseñar es sencillamente siendo.
Sí,
señora.
Todas las
abuelas sabían que yo sería una gran sanadora y una líder espiritual, pero la
que más confiaba en mí era mi bisabuela, fue ella la que me entregó las trece
piedras y las trece plumas de águila, para "cuando las abuelas por fin se
reúnan".
¿Todas
ustedes tienen visiones?
Sí, yo empecé
a tenerlas a los cuatro años y desde entonces tengo el poder de sanar y lo
ejerzo, pero le aseguro que yo no hago nada, simplemente me entrego.
Eso
es mucho.
Nada me
pertenece, no tengo nada, todo lo dejo ir y no pienso sobre ello. La
contrapartida es que nada me hiere.
Pero
tuvo un cáncer.
Las
enfermedades vienen de la rabia, una rabia sostenida y soterrada se convierte
en enfermedad. Yo acumulé ira desde mi infancia. Mi padre murió un mes antes de
que yo naciera y siempre lo añore. Y quería tener una nariz hermosa, un perfil
como el de Elizabeth Taylor, y bonitos vestidos.
¿Y
qué le dijo la abuela?
Que si quería
verme una nariz hermosa, me limpiara por dentro. Bella por dentro es bella por
fuera. Tuve que aprender sobre mí misma, entender que sólo existe la abundancia
y que para vivir en paz hay que perdonar. Al dolor hay que dejarlo marchar.
Dicho
por usted, parece sencillo.
El problema es
que nos olvidamos de lo que esencialmente somos. Nos emperramos en hacer cosas
en lugar de permitirnos no hacerlas. Siempre esforzándonos, queriendo gustar a
alguien, queriendo ser fuertes.
La
otra opción no la veo clara...
Permitirnos
ser, es decir: ser nosotros mismos, tomarnos nuestro tiempo para hacer lo que
debemos hacer, ser más flexibles. Conocernos y compartir.
'El
empeño que ponemos en ser perfectos es lo que nos hace sufrir tanto'.
Sí, eso
pienso. Y también pienso que a veces la gente está aferrada a su sufrimiento.
¿Y
qué le ha ayudado a conocerse a sí misma?
Me he deshecho
de mi ego, no hay quien baile mejor o peor que yo. Todo lo que veo es hermoso,
así que quiero que todo el mundo vea todo hermoso y que aprendan a amarse a
ellos mismos y compartirlo con todos los demás.
¿Y
cómo se llega ahí?
En mi pueblo,
desde muy pequeñitos se les enseña a los niños que lo que piensan tienen que
sentirlo y que lo que sienten tienen que pensarlo.
¿Qué
le ayudó a superar la muerte de cinco hijos?
Sueño que han
crecido y que me están ayudando. A veces pienso que si vivieran aquí igual me
causarían dificultades. Están en el otro lado y me protegen, y yo les doy las
gracias todos los días. No puedo agarrarme a ellos, fui un instrumento para
traerlos a este mundo de camino al siguiente.
Cuando era
pequeña, mi madre solía decirme que cuando vamos al otro lado nos convertimos
en estrellas y que hay muchas ventanas en el universo que nos están mirando.
¿Elegimos
la vida que vivimos?
Sí. Estamos
aquí por una razón, así que debemos hacerlo lo mejor que sepamos, agrandar
nuestro espíritu, ser sabios, porque eso es lo único que nos llevamos.
¿Y
usted cómo supo cuál era su destino?
"Soy una
niña - le dije al gran espíritu-. Mañana me marcharé, pero, mientras tanto,
¿qué es lo que se supone que debo hacer? Muéstrame el camino".
¿Se
lo mostró?
No, el camino
simplemente viene si aprendes a escucharte a ti mismo y tratas a todo el mundo
como te gusta que te traten a ti. Mi bisabuela me enseñó hace mucho tiempo que
te conviertes en ser humano cuando aprendes a aceptar, cuando aprendes a fluir.
¿Y sabe lo que decía mi madre?
Algo
que me impresionará, seguro...
Mi madre me
decía: "Está bien. Está bien cuando está bien, y está bien cuando no está
bien". Es así, pero siempre queremos cambiarlo todo y de esta forma nos
agarramos a lo que está mal y no lo dejamos ir.
Está
bien.
Cuando lo malo
te viene, tienes que aceptarlo y aprender de ello. Cuando una cosa buena viene,
la atesoramos como si no volviera a sucedernos nunca mas. Pero la vida, como
las estaciones, es un ciclo, siempre el mismo y siempre cambiante.
Su
pueblo casi fue exterminado, si hubieran aceptado en lugar de luchar por
mantenerse, usted no estaría aquí.
Tras la
Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Estados Unidos intentó acabar con
nuestra cultura negándonos el derecho a la pesca y la caza, y construyeron
escuelas para indígenas en las que prohibían a los niños hablar su lengua
materna.
Gran
error.
Aquello
ocurrió, no luchamos, y ahora todo el mundo quiere ser como nosotros, quieren
conocernos; les perdonamos, es así como funciona, hemos de desprendernos del
ego y de la avaricia de cogerlo todo, ¿para qué lo quieres?...
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